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VALORES DIETÉTICOS DE REFERENCIA PARA LA VITAMINA K (07/2017)

La vitamina K es una vitamina liposoluble que juega un papel importante en la coagulación de la sangre y la mineralización ósea. La ingesta baja de vitamina K se asocia con una tendencia al sangrado debido a una baja actividad de los factores de coagulación de la sangre.

VALORES DIETÉTICOS DE REFERENCIA PARA LA VITAMINA K

La vitamina K es una vitamina liposoluble que juega un papel importante en la coagulación de la sangre y la mineralización ósea. La ingesta baja de vitamina K se asocia con una tendencia al sangrado debido a una baja actividad de los factores de coagulación de la sangre.

 

La vitamina K,  posee una subdivisión natural en K1 o filoquinona, que ingresa al organismo a través del consumo de vegetales verdes, hígado y aceites vegetales; y en K2 o menaquinona que es producida en el organismo mediante las bacterias alojadas en el intestino. Además, hay una tercera vitamina K llamada K3 o menadiona que cumple la función de duplicar el poder de las anteriores. Esta variante se sintetiza y se suministra a pacientes incapaces de metabolizar correctamente las vitaminas K1 y K2.

 

A raíz de una solicitud de la Comisión Europea, se pidió al Panel de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergia (NDA) de la EFSA que emitiera un Dictamen Científico sobre los valores dietéticos de referencia (VDR) para la población europea, incluida la vitamina K.

 

En consecuencia, la EFSA ha definido las ingestas diarias adecuadas de la vitamina K como sigue:

  • 10 μg/día para lactantes de 7-11 meses de edad.
  • 12 μg/día para niños de 1 a 3 años.
  • 20 μg/día para niños de 4 a 6 años.
  • 30 μg/día para niños de 7-10 años.
  • 45 μg/día para niños de 11-14 años.
  • 65 μg/día para adolescentes de 15 a 17 años y
  • 70 μg/día para adultos, incluyendo mujeres embarazadas y lactantes.

Las fuentes alimentarias de vitamina K incluyen  verduras de hojas verdes (coles, espinaca cocida, acelga, perejil, lechuga); verduras como el brócoli, la coliflor y el repollo; pescado, hígado, carne roja, huevos, cereales y frutas como el kiwi y el plátano.